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DEBATE
Boggi (Diariamente Neuquén): "Distancia entre la euforia y la prudencia"
06/04/2015

Neuquén, distancia entre la euforia y la prudencia

DiariaMente de Neuquén

Por Rubén Boggi.

Mientras las campañas políticas se tornan vertiginosas, y todo el mundillo interesado en el poder de la Provincia espera las elecciones en Zapala, que serán el segundo plato servido en la mesa antes del principal del 26, es importante señalar que –gane quien gane- volverá a encontrarse a partir del 10 de diciembre con un panorama inmediato complicado, tanto para las finanzas públicas como para la economía neuquina en general.

La burbuja de expectativas de Vaca Muerta, que el gobierno en principio quiso desalentar, pero que después terminó contribuyendo a inflar, subido al corcel optimista del híper desarrollo identificado con la visión orgiástica que el MPN suele tener del futuro, comenzó a pincharse desde el mismo momento en que se inició el derrumbe del precio internacional del crudo.

En ese momento, la aceptación de los expertos fue que un petróleo a menos de 50 dólares el barril hacía prácticamente inviable la extracción no convencional, que sube los costos respecto de la tradicional. Estimaron, no obstante, que podía avanzarse con la extracción de gas, combustible altamente preciado, con un horizonte de precio menos regulado y más variable en el contexto internacional; aunque con una ensalada combinada de regulación y subsidios en el orden nacional, que deberá desentrañarse si es que se quiere propender a una explotación real en Vaca Muerta.

El gobierno de Cristina Fernández hizo lo que generalmente hacen los gobiernos argentinos: le puso una curita a la creciente herida de la burbuja. Fijó un precio nacional de 77 dólares el barril, contra los menos de 50-60 dólares (según se utilice la cotización WTI o Brent) del mercado. Es un precio a contramano, que sirve coyunturalmente para sostener regalías e inversiones comprometidas, pero que obviamente no soluciona el tema de fondo. Tiene, por ende, un plazo limitado de aplicación. Concretamente, si el mercado internacional sigue con precio bajo, el próximo gobierno probablemente modifique esa variable y la acomode al contexto internacional, del cual no conviene despegarse demasiado pues la economía se distorsiona aún más.

Mientras todo esto ocurría, el MPN soslayó la preocupación acerca del tema, en cuanto a traducirla políticamente y derramarla sobre la sociedad expectante. “Hay que observar y esperar”, dijo el gobernador Jorge Sapag, al admitir que son variables macro que Neuquén no puede alterar aunque quisiera. Sapag se manifestó prudente. Pero lo cierto es que, en plena campaña, cualquier alusión al problema fue eliminada. Comprensiblemente, Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa solo hablarán del futuro amable posible. No se hace campaña pronosticando restricciones y ajustes.

¿Pero, será esto lo que sucederá? ¿Deberá el próximo gobierno restringir gastos y moderar grandilocuencias?

Nadie quiere hablar de esto. Tampoco los candidatos que se oponen al MPN, quienes –al igual que el oficialismo- no hacen campaña con datos negativos en la mano. Salvo quienes, de una posición más lejana a la posibilidad de acceder al gobierno, advierten nubes borrascosas, ni Horacio Quiroga, ni Ramón Rioseco, abundan en consideraciones sobre la incógnita que hoy pesa sobre Vaca Muerta. Es cierto que lo hicieron antes. Ahora, en el tramo final de la campaña, es un problema estratégico: ¿conviene, acaso, sembrar dudas que pueden aparecer como cánticos agoreros de quien teme no llegar al triunfo?

El periodismo, que no compite en elecciones, no tiene estas dudas. Porque surgen de los hechos concretos, no de las especulaciones. Lo refleja la propia YPF que conduce Miguel Galuccio. En el Formulario F-20 que YPF envió el lunes pasado a la SEC, el organismo regulador bursátil de Estados Unidos, se escribió:

“Asumiendo que los precios domésticos para ciertos productos no coinciden con los incrementos de costos (incluyendo aquellos relacionados con el aumento de la valuación del dólar contra el peso argentino) en concordancia con mayores y más complejas inversiones (…) nuestra capacidad para mejorar nuestras tasas de recuperación de hidrocarburos, encontrar nuevas reservas, desarrollar recursos no convencionales y llevar a cabo algunos de nuestros otros planes de gastos de capital pueden estar afectados negativamente”.

Literalmente, la poderosa YPF, nave insignia nacional y principal operadora en Vaca Muerta, admite la influencia negativa sobre los planes elaborados para mejorar la producción de petróleo en Argentina.

También el gobierno neuquino admite esa situación en los documentos en donde debe –está obligado- informar la realidad sin eufemismos. Como ya informara este diario, en la Resolución 075/15, correspondiente al Prospecto del 19 de marzo, presentado para la emisión de letras del Tesoro de la Provincia, se escribió:

“La provincia tiene una fuerte dependencia hidrocarburífera y de la capacidad de las distintas concesionarias, y los acontecimientos adversos en la industria hidrocarburífera, incluyendo los precios del petróleo y el gas, podrían impactar negativamente el desempeño de la Provincia y sus finanzas públicas”. Más adelante, otro párrafo esclarecedor afirma que “las estimaciones referidas a la producción de shale gas y shale oil son solo proyecciones, que la provincia no está en condiciones de asegurar”.

La realidad, pues, es visible para los gobiernos, aunque en su política de comunicación y sus estrategias electorales se esquive el énfasis en estos temas. Conviene tenerlo en cuenta, aunque no incida necesariamente en la intención de voto: tanto la euforia como el miedo son engañosos, mucho más si tales emociones se refieren a lo que vendrá.

 


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