Grupo AGVGSB ROTATIVO MININGgolden arrow
JMB Ingenieria Ambiental - RINFA ENCABEZADOCONOSUR ENCABEZADOPWC LOGO MINING PRESS
Induser ENCABEZADOWICHI TOLEDO ENCABEZADOWEG
CAPMINMANSFIELD MINERA HVELADERO ENCABEZADOKNIGHT PIÉSOLD ENCABEZADO
OMBU CONFECATJOSEMARIA ENCABEZADOBANCO SC ENCABEZADOSAXUM ENGINEERED SOLUTIONS ENCABEZADO
FERMA ENCABEZADOERAMET CABECERA
SACDE ENCABEZADOglencore PACHONNEWMONT COVID
RIO TINTO RINCONHIDROAR ENCABEZADOSECCO ENCABEZADO
CRISTIAN COACH ENCABEZADOEXPO SAN JUAN ENCABEZADOBANCO SJ ENCABEZADOPRELAST
ABRASILVER ENCABEZADORUCAPANELEPIROC ENCABEZADO
CERRO VANGUARDIAEXPO LITIO ENCABEZADOLITHIUM SOUTH
ALEPH ENERGY ENCABEZADOMETSO CABECERAEXAR ENCABEZADO
ARCADIUM LITHIUMMilicic ENCABEZADO
MAPAL ENCABEZADODELTA MINING
PIPE GROUP ENCABEZADMINERA SANTA CRUZPAN AMERICAN SILVER
EVENTO LITIO ENCABEZADOCINTER ENCABEZADOVIALES SANTA FE ENCABEZADO MINING
ANÁLISIS
Vargas Llosa: Argentina despierta. Pagni: CFK y letra chica
16/05/2016

Una nueva Argentina despierta

La Nación

MARIO VARGAS LLOSA

Ha terminado por fin para la Argentina el tiempo de los desvaríos populistas y el hechizo suicida que ejerció sobre el gobierno de los Kirchner el "socialismo del siglo XXI" de Chávez y Maduro. Después de pasar una semana en este país, me alegra decir que sí, que en los pocos meses que lleva en el poder Mauricio Macri ha ejecutado reformas valientes y radicales para desmontar la maquinaria intervencionista y demagógica que estaba arruinando a una de las naciones más ricas del mundo, aislándola y empujándola hacia el abismo.

No es necesario recurrir a sondeos y estadísticas para demostrarlo: el cambio está en el aire que se respira, en la manera de hablar de la gente sobre el momento actual, el alivio y el optimismo con que a la mayor parte de conocidos y desconocidos les oigo comentar la actualidad política. Es verdad que la oposición peronista -aunque tal vez sería mejor decir kirchnerista, pues el peronismo, conformado por un abanico de tendencias, no es unívoco en su oposición sino diverso y matizado- no ha dado al nuevo Gobierno un período de gracia, y ha comenzado a atacarlo sin piedad y a tratar de sabotear el sinceramiento de la economía -la cancelación de los subsidios que la asfixiaban- y a oponerse a las reformas. Pero los beneficios están ya a la vista y son inequívocos. La Argentina, desde su acuerdo con los detentadores de los llamados "fondos buitres", ha recuperado el crédito internacional y la desaparición del "cepo" ha devuelto a su moneda una estabilidad de la que no gozaba desde hacía tiempo.

La visita del presidente Obama, que significó un importante aval a la nueva Argentina, ha abierto un desfile de visitantes de valía, políticos y económicos, que vienen a explorar la posibilidad de invertir en una tierra pródiga en recursos a la que las políticas autistas y nacionalistas de la señora Cristina Kirchner estaban llevando a una ruinosa autarquía. Y en política internacional, el gobierno de Macri ha dado un vuelco integral, manifestando su vocación democrática, criticando la violación de la legalidad y de los derechos humanos en Venezuela y pidiendo que el régimen de Maduro abra un diálogo con la oposición a fin de asegurar una transición pacífica que ponga fin a la lenta desintegración de un país al que el estatismo y el colectivismo han llevado al hambre y al caos.

Qué diferente es prender la televisión y, en vez de los lugares comunes y los eslóganes tercermundistas que hacían las veces de ideas en los discursos de la señora Kirchner, escuchar al presidente Macri, en conferencia de prensa, explicando con claridad, sencillez y franqueza que desembalsar una economía paralizada por el constructivismo demagógico tiene un alto precio que no hay manera de evitar y que, sin ese saneamiento que es volver de la quimera a la realidad, la Argentina nunca saldría del pozo en que la sumió una ideología fracasada en todos los países que la aplicaron. Le oí explicar también, de manera absolutamente persuasiva, por qué la mal llamada ley antidespidos que acaba de hacer aprobar la oposición en el Senado sólo servirá para dificultar la generación de nuevos empleos al desalentar a las empresas a extender sus servicios y contratar más personal. En todas las intervenciones públicas, y en conversaciones privadas, el nuevo jefe de Gobierno argentino me pareció desprovisto de la arrogancia que suele acompañar al poder, de la retórica insustancial de tantos políticos, empeñado en tender puentes y en convencer a sus compatriotas de que los sacrificios para acabar con el nefasto populismo son el único camino por el que Argentina puede recuperar la prosperidad y la modernidad de que ya gozó en el pasado.

Y desde luego que hay razones para creerle. La Argentina es un país muy rico en recursos naturales y humanos; el sistema educativo ejemplar que tuvo en el pasado, aunque se haya deteriorado con las malas políticas de los gobiernos precedentes, todavía produce ciudadanos mejor formados que el promedio latinoamericano -tal vez ningún otro país de la región ha exportado más técnicos de alto nivel al resto del mundo- y no hay duda de que, con las reformas en marcha, las inversiones extranjeras, retraídas todos estos años, volverán en gran número a una tierra tan pródiga, creando los empleos que hacen falta y elevando los niveles de vida y las oportunidades para los argentinos.

Hay un aspecto que quisiera destacar entre los cambios que vive la Argentina. Con la libertad de expresión, que sufrió tantas averías durante los gobiernos de los Kirchner, la corrupción -que al amparo de ese Estado que Octavio Paz llamó el "ogro filantrópico" proliferó de manera cancerosa- ahora sale a la luz y, en estos días precisamente, la prensa da noticias estremecedoras de las sumas de vértigo que los testaferros de los antiguos mandatarios acumularon, monopolizando las obras públicas de regiones enteras y saqueando sus presupuestos de manera impúdica, convirtiendo en multimillonarios a aquellos dueños del poder que se jactaban de ser revolucionarios antiimperialistas y jurados enemigos del capitalismo. Dudo mucho que haya un solo capitalista en el mundo que haya amasado una fortuna tan prodigiosa como Lázaro Baez, testaferro, por lo visto, de Néstor Kirchner y ahora en la cárcel, antiguo cajero de un banco de Santa Cruz, que un puñado de años después tenía cerca de 400 propiedades rurales y urbanas y cerca de un centenar de automóviles en su país y compraba departamentos y casas en Miami por más de cien millones de dólares.

Que la Argentina tenga éxito en las pacíficas reformas democráticas y liberales que está llevando a cabo tiene una importancia que trasciende sus fronteras. América latina puede aprender mucho de este país que, luego de casi tocar fondo por culpa de la ideología colectivista y estatista que estuvo a punto de arruinarlo, se levanta de sus propias cenizas con los votos de sus ciudadanos y tiene el coraje de desandar el camino equivocado. Y emprende uno nuevo, el de los países que gracias a la libertad -la única verdadera, es decir, la que abarca la política, la economía, la cultura, el ámbito social, cultural y personal- han alcanzado los mejores niveles de vida de este tiempo, los que han reducido más la violencia en las relaciones humanas y los que han creado la mayor igualdad de oportunidades para que sus ciudadanos puedan materializar sus aspiraciones y sus sueños.

Aunque, a veces de manera confusa, creo que éste es ahora un ideal que ha ido echando raíces en los países latinoamericanos, donde los antiguos modelos que se disputaban el favor de las gentes -las dictaduras militares y las revoluciones armadas socialistas- han perdido prestigio y actualidad y sólo valen para minorías insignificantes. Por eso es que, con las excepciones de Cuba y Venezuela, en toda la región hay ahora democracias, aunque algunas sean muy imperfectas y amenazadas por la corrupción. La Argentina puede ser el ejemplo a seguir para renovarlas, purificarlas y ponerlas al día, de modo que se integren al mundo y aprovechen las grandes posibilidades que éste ofrece a los países que hacen suya la cultura de la libertad.

CARLOS PAGNI

Fue el debut de la abogada exitosa. Y el sueño de Claudio Bonadio: logró ser el primer juez en procesar a Cristina Kirchner. Mejor dicho, a Cristina Elisabet Fernández, como la llamó a lo largo de su pronunciamiento.

Bonadio dispuso esa medida el viernes pasado, en la causa que se abrió por el enorme caudal de recursos que el Banco Central destinó a evitar una devaluación, mediante generosísimos contratos de futuros. Es el más técnico de los expedientes que involucran a la ex presidenta. Y el de mayor significación política. Por su contenido y por sus consecuencias.

Bonadio calculó que el kirchnerismo dilapidó $ 77.325.739.330 para mantener barato el dólar. O, dicho de otro modo, para que el retraso cambiario le estallara al sucesor. El juez interpretó que el titular del Central Alejandro Vanoli y el resto del directorio defraudaron al Estado. Si bien no montaron una estafa, incurrieron en un abuso de autoridad, al malgastar los recursos que se les habían confiado. Y explica por qué los funcionarios eran conscientes del daño que causaban.

Bonadio procesó a Vanoli y a los directores que lo acompañaron. Pero también a la señora de Kirchner y a Axel Kicillof. No es un detalle. El cargo más interesante, y el de mayor alcance, es haber eliminado cualquier límite formal a sus decisiones. Bonadio analiza las disposiciones que fueron corroyendo la institucionalidad monetaria y cambiaria. Desde la supresión de la autonomía del Banco Central hasta la selección de funcionarios por su lealtad a una facción, más que por su calidad profesional.

El fallo sienta un precedente tan saludable como riesgoso: cualquier líder que, valiéndose de un poder excepcional conquistado en las urnas, modele las instituciones a su antojo para tomar medidas imprudentes está expuesto a una sanción penal.

Los voceros de Cristina Kirchner equiparan las investigaciones contra ella con elimpeachment contra Dilma Rousseff. Les parece obvio que están siendo dirigidos por Barack Obama. El desasosiego nubla la inteligencia. Porque lo que sucedió la semana pasada en Buenos Aires es muy distinto de lo que ocurrió en Brasilia. Rousseff fue removida por un juicio político. No penal.

Quienes votaron en su contra aclararon que no evaluaban un caso de corrupción, sino decisiones administrativas irregulares. En concreto: haber usado la banca pública para financiar un déficit exacerbado. Los defensores de la señora de Kirchner podrían esgrimir que los errores de su jefa no son judiciables y que, por lo tanto, tendrían que haber sido examinados, como en Brasil, por el Congreso. No por un juez penal. No se les ocurrió.

Más allá de su consistencia jurídica, el fallo del viernes es relevante para el juego del poder. Hay una curiosa simetría: el principal promotor de la causa fue Alfonso Prat-Gay, cuando no sabía que reemplazaría a Kicillof. Se abre también una incógnita. ¿Qué efectos tendrá el pronunciamiento sobre la actual administración del Central? Entre los procesados hay tres directores designados por la señora de Kirchner: Pedro Biscay, Germán Feldman y Juan Cuattromo. ¿Pedirá el kirchnerismo su remoción? Fue lo que hizo Néstor Kirchner cuando, en agosto de 2008, el entonces director Ricardo Branda fue procesado en la causa de las coimas del Senado, de la que, al final, salió absuelto. Hay una diferencia: a los cuatro amigos de Kicillof se los sancionó por hechos cometidos como directores. Nadie querrá abrir este debate. Podría arrastrar a Federico Sturzenegger, procesado por el "megacanje".

Aunque siga danzando frente a Comodoro Py, para Cristina Kirchner el esmeril judicial es demasiado pernicioso. Está deteriorando su propia base electoral. La consultora Isonomía estudió esa caída en el segmento de los que no toleran a Macri. En enero, su imagen positiva allí era del 79%; en marzo, del 75%, y en abril, del 68%. Al mismo tiempo fue subiendo la imagen negativa. ¿Adónde van los desencantados? Misterio.

El procesamiento dispuesto por Bonadio tuvo, además, otra peculiaridad. La señora de Kirchner no aparece rodeada de testaferros ni socios comerciales, como Lázaro Báez o Cristóbal López. La escoltan Kicillof y sus delegados en el Banco Central. La juventud maravillosa del siglo XXI.

Varios directores del Central pretenden que hoy la Cámara de Casación aparte a Bonadio. Para el kirchnerismo es el demonio de Comodoro Py. Es una percepción comprensible en gente mal acostumbrada: en octubre de 2011 el mismo juez sobreseyó a los secretarios privados del matrimonio Kirchner, acusados de un enriquecimiento sideral. El fiscal era Guillermo Marijuan, otro despiadado. Pero que aquella vez no apeló. Dos días antes la ex presidenta había triunfado con el 54% de los votos.

Bonadio espera a la señora de Kirchner en otro expediente: el de la sociedad Los Sauces. Ella también prefiere otro juez. Hernán Ercolini, por ejemplo, que acaba de recibir de Daniel Rafecas la causa Hotesur, de la que había sido desplazado Bonadio. Rafecas tuvo el caso nueve meses, durante los cuales no movió un papel, a pesar de la insistencia del fiscal Carlos Stornelli. En ambas causas, Los Sauces y Hotesur, se investiga si el cobro de alquileres correspondió al pago de sobornos.

Para aclararlo, haría falta que Sebastián Casanello investigue cómo se formó la incalculable fortuna de Lázaro Báez. Si fue, como le dijo Leonardo Fariña, con los sobreprecios de licitaciones amañadas. Pero Casanello sigue encapsulando a Báez en un caso de lavado de dinero muy extraño: el dinero sería blanco.

En tribunales adjudican esa posición de Casanello a sus compromisos con el kirchnerismo. Esa interpretación ahora se alimenta con una versión muy inquietante. Dos personas que visitaron a Báez en la cárcel en los últimos diez días aseguran que le escucharon detallar tres reuniones en Olivos, de las que participaron él, Cristina Kirchner, "Wado" de Pedro, el ex secretario de Justicia Julián Álvarez y Casanello. En una de ellas Báez fue acompañado por su hijo Martín. Habrían sido en agosto, septiembre y noviembre de 2015. Uno de los visitantes de Báez comentó: "Lázaro dice que hay un mozo de la residencia que tal vez recuerde que, la última vez, el juez pidió un cortado en jarrito". Quizá Macri averigüe entre sus mozos. Casanello lo molesta: Panamá Papers, gestiones de Angelici, Time Warp. LA NACION quiso comunicarse ayer con el magistrado para saber su opinión. Pero no obtuvo respuesta.

Según las mismas fuentes, Casanello prometió en la última entrevista firmar el sobreseimiento de Báez. Pero la difusión de los videos de La Rosadita con Martín Báez contando plata se lo habría impedido. La aparición de esas imágenes desata controversias. ¿Las lanzó Federico Elaskar o las tenía Antonio Stiuso? ¿Negoció Stiuso con el kirchnerismo esas grabaciones antes de irse de la ex Side? Elaskar y Stiuso tienen un amigo en común: Carlos Molinari, el ex candidato a vicegobernador de Mario Ishii y proveedor de obras públicas en la gestión de Eduardo Duhalde.

No son los únicos enigmas que administra Casanello. El abogado y colaborador de Báez, Jorge Chueco, dejó en el hotel de Iguazú donde fue capturado una carta dirigida a una tal "Querida", en la que, insinuando que se quitaría la vida, celebra que el juez y el fiscal ya no seguirán recibiendo una fortuna para demorar una condena. El texto obligó a abrir un expediente en el juzgado de María Servini de Cubría. Chueco negó lo que había escrito. Y se quejó de que le revisaran la correspondencia.

Ironías de la historia: tal vez Chueco reciba esta semana la visita de su antiguo socio Gustavo Cinosi, uno de los hombres de negocios más cercanos a Carlos Zannini. Cinosi es el titular del Sheraton Pilar, donde celebró su inolvidable boda el juez Ariel Lijo. Cinosi llega a Buenos Aires como organizador de un curso de la OEA sobre lavado de dinero para jueces federales. Cuánto que aprender...

Algunos funcionarios de Comodoro Py juran haber visto una reunión entre Casanello, el camarista Eduardo Freiler y el secretario y operador inmobiliario Jorge Pratto, hace diez días. El juez habría confesado a su padrino Freiler que en la causa Báez carece de indicios contra Cristina Kirchner. Los diputados kirchneristas pidieron, en cambio, que se impute a Ángelo Calcaterra, el primo de Macri, quien en varias licitaciones estuvo asociado a Báez. Curioso suicidio el de Héctor Recalde y sus compañeros: admiten que los Kirchner promovieron la corrupción con la obra pública.

Esa falta de autoestima es más llamativa porque uno de los que piden investigar a Calcaterra es Julio De Vido, que repartía los negocios. Como Kicillof, De Vido es el otro flanco dañado de Cristina Kirchner. Bonadio lo procesó la semana pasada por la tragedia de Once. En un primer momento, después de una gestión de Alfredo "Freddy" Lijo, lo había protegido. "Freddy" es el hermano de Ariel Lijo, un magistrado que ganó poder desde que su secretario, Juan Tomás Rodríguez Ponte, se encarga de las intervenciones judiciales de teléfonos y correos electrónicos. "Freddy", su hermano, ha sido el principal gestor judicial de De Vido. Pero el día del procesamiento prefirió estar en Miami.

Este Lijo es el esposo de María Carla Lago, la socia de Freiler en una financiera. Freiler fue sobreseído por Marcelo Martínez de Giorgi, a pedido del fiscal Ramiro González, en una causa por su fabuloso enriquecimiento. El denunciante, Ricardo Monner Sans, pidió que se anule la absolución. Alegó que Martínez de Giorgi está casado con una secretaria de la Cámara de Freiler. Y que González -que ahora enfrenta una delicadísima denuncia familiar- es profesor en la cátedra del acusado. El reclamo cayó en manos de Servini de Cubría, quien lo remitió a la Cámara Federal para sorteo. El de Freiler es un caso incómodo. Ningún juez quiere condenar a un superior.


Vuelva a HOME