JULIO TURCUMAN
Hay que tener suerte en todo, dicen los que se manifiestan a favor de esa extraña creencia humana de que hay cosas inexplicables que ocurren sólo por designio del destino, sin más cosa que hacer que acomodarse a esperar que la ruleta vaya para el lado correcto. Pero en materia minera, una industria tan predecible como los terremotos, hay dos cosas que llamaron la atención hasta de los más reacios a creer en el destino como componedor de males: la victoria de Mauricio Macri y la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Un acontecimiento tan impredecible como el otro, hace poco menos de un año atrás. Macri la tenía perdida, pero ganó y ya cumplió con el decálogo de pedidos que le hicieron los mineros cuando era candidato.
En el caso del quiebre inglés, nadie imaginó que finalmente ese país iba a optar por salir de la comodidad económica europea, pero sucedió y provocó, también de manera inesperada, un repunte en el precio del oro que por ahora no tiene techo. ¿Qué tiene que ver todo esto con la minería y con San Juan? Mucho. En este contexto, tanto el macrismo como el gobierno sanjuanino están presionando a las empresas para que inviertan, cuando hace algunos meses les rogaban que no despidieran personal. En el caso de San Juan, hay claras chances de reactivación de Pascua-Lama y cualquier otro proyecto, porque a diferencia de las épocas de involución K, al menos en minería, todo el escenario ha volcado para el lado positivo.
¿David Cameron mejoró San Juan? Y, en términos caprichosos, sí. El ex primer ministro británico intentó terminar la dicotomía sobre salir o no de la Unión Europea lanzando una consulta popular. No evaluó bien y perdió. Con esa escisión se formalizó un problema enorme para el viejo continente, ya que el poderío financiero de Londres se alejó sin retorno. Tras ese terremoto los principales inversionistas, a contrapelo de lo que se esperaba, decidieron poner sus ‘ahorros’ en oro, convencidos de que el dólar norteamericano no está fuerte. Eso provocó que el metal que sobra en las montañas de San Juan empezara a repuntar nuevamente. A esta altura del año pasado la onza superaba apenas los 1.000 dólares, y esta semana cerró entre 1.400 y 1.500. Es más, apenas confirmada la salida inglesa del viejo continente, la onza del metal escaló sin freno unos 200 dólares. Y hay pronósticos de que a fines de este año podría estar rozando los 1.900 dólares, una cifra que supera la historia misma.
Con ese escenario cualquier proyecto es viable y hasta se estiran los tiempos de los que están en marcha. Si a Gualcamayo ayer le costaba cerrar números, hoy empezaron a explorar nuevamente. Una fuente de alto valor en el sector contó esta semana que varias empresas mineras han desempolvado y retirado maquinaria que tenían guardada en el depósito fiscal, a la espera de instrucciones de sus centrales fuera del país, lo que es un gran símbolo de repunte. Hay galpones que se han alquilado y hay movimientos en alta montaña. De unos 20 días a la fecha, el gobernador Sergio Uñac ha mantenido al menos tres reuniones de alto vuelo (dos de ellas esta semana) con empresarios del sector, quienes le han trasladado, según cuentan en los pasillos del Centro Cívico, excelentes novedades aunque ninguna que se pueda comunicar por ahora. ¿Será Pascua-Lama? En el sector ya es un secreto a voces que Barrick reactivará el proyecto, pero nadie se anima a predecir cómo, que es la pregunta del millón. Los canadienses tienen más problemas del otro lado de la montaña que de este y la idea de arrancar con Lama ya empieza a caer mejor. ¿Podría ser subterránea, como deslizó el presidente de la compañía Kelvin Dushnisky hace unas semanas? Con el precio del oro a este ritmo, hasta podría ser aérea si quieren.
Un caso aparte es Iglesia, recibieron 30 millones de regalías en los primeros 6 meses. Un dinero extra a lo que recibe por coparticipación, sin embargo el condado iglesiano de 7 mil habitantes parece el Triángulo de Las Bermudas: todo lo que llega a manos de los ‘Marinero’ desaparece. No es magia, dijo la expresidenta.
