José Guillermo Tórrez*

Como antecedente, se ha insistido desde esta columna sobre la importancia de la química básica I y II, donde una fuente inagotable constituyen los grandes salares de la altiplanicie boliviana. En primer término el Salar de Uyuni ( 12.000 kilómetros cuadrados de superficie) y los salares circundantes, no menos importantes como el de Coipasa  (3.500 kilómetros cuadrados), Empexa, Llipi-Llipi Llipi,  Isma,  Chiguana, Capina y otros, que dan como para poder mirar con objetividad el hecho de que se puedan desarrollar proyectos de explotación, beneficio e industrialización, no sólo de litio, sino también de boratos (ulexita), carbonatos de sodio, potasio, natro (sosa), sulfatos de sodio, urea y, demás, cuando el país cuenta con gas natural, para dotar de energía.      

En base a esta investigación se ha mencionado oportunamente que en Chile,  la compañía estadounidense Albemarle ha recibido la aprobación final para expandir operaciones de litio. El nuevo pacto  con Albemarle plantea producir 82.000 toneladas métricas de sales de litio al año durante los próximos 27 años en su planta denominada La Negra, actualmente en expansión. La firma está enfocada en productos químicos especializados. 

 Se informó que el acuerdo con la estatal Corporación de Fomento (CORFO), relacionado a las instalaciones de la compañía en el Salar de Atacama, entró en vigencia el 30 de diciembre último pasado en el Salar de Atacama, proyectada como la más moderna de Latinoamérica para la producción de carbonato de litio, grado batería, considerada una cadena de mucho valor, para el "oro blanco” chileno, mineral no metálico. 

 Como si esto fuera poco,  la explotación tecnológica del litio en Chile, con esta compañía de Estados Unidos, ha concretado una tercera etapa para la producción de baterías de litio, que contempla nuevos procesos de alta calidad de productos de alto valor agregado para el desarrollo de almacenamiento de energía con una demanda nueva como es la industria de vehículos eléctricos y otros,  con una inversión de 600 millones de dólares hasta 2020.  

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) plantea que hay 5,4 millones de toneladas de litio en el Salar de Uyuni, en relación con tres millones de toneladas en Chile, 1,1 millones de toneladas en China, y 410 mil  toneladas en Estados Unidos. Sin embargo, otros prestigiosos geólogos independientes indican que la existencia de litio en Uyuni es mucho mayor que la citada y que debido a la altitud de los Andes se encuentra en mayores cantidades y calidades, por lo que califican mejores condiciones que otros países. Por lo tanto, Bolivia puede producir e industrializar litio durante varias décadas.

 Este es un nuevo proyecto en Chile, donde se demuestra la complementación económica y comercial además de cooperación intergubernamental y empresarial de las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama, en el sur de Bolivia, Potosí, Tarija, las provincias del norte argentino. Además, los estados en el occidente brasileño, el norte de   Paraguay y las regiones del sur de  Perú, en un acceso directo al Pacífico,  principal océano del mundo.  Chile, geopolíticamente analizando, tiene clara la figura: tratará de  ejercer la mayor hegemonía posible para ser la puerta principal de los corredores bioceánicos que vincularán al Atlántico con el Pacífico para conseguir su principal objetivo.  

Por todo lo descrito, no podemos seguir en un ambiente de incertidumbre e inseguridad jurídica y política. Lo que corresponde es organizar un importante grupo  de profesionales, de los más calificados del país, para arreglar la casa por dentro y tener reglas claras de juego y finalmente hacer un gran polo de desarrollo con esta maravilla natural y reserva sideral que es el complejo de la química básica. 

Lo que actualmente tenemos en esta comparación parece música celestial en la tercera nube a la izquierda.

 *Ingeniero geólogo y administrador de empresas.