ALEMANIA AVIVA EL DEBATE SOBRE LA EFICIENCIA DEL COMBUSTIBLE
The Wall Street Journal
Stephen Power, en Francfort; y Marcus Walke
El año pasado,
Axel Friedrich, uno de los reguladores medioambientales más importantes de
Europa, contrató a un grupo de ingenieros universitarios para idear formas de reducir las emisiones de dióxido de carbono del modelo más popular de
Volkswagen AG, el Golf, sin mermar su seguridad, ni su desempeño.
El mes pasado, durante una audiencia de los reguladores de la Unión Europea,
Friedrich, jefe del departamento de transporte de la Agencia Federal de Medio Ambiente de
Alemania, reportó que el equipo había recortado las emisiones en un 25% dejando intactos los caballos de fuerza. Su truco estaba en reducir el peso del auto al sustituir varias partes. "Todos sabemos que hay que hacer", dijo. "Esto no es magia".
Sin embargo, Volkswagen, la mayor automotriz de Europa, estaba lejos de estar satisfecha. El más alto representante del fabricante interrumpió la sesión de la EU para quejarse de que Friedrich no había consultado adecuadamente con la compañía, la cual había cooperado con los investigadores. "Hay una gran diferencia entre los 'autos de laboratorio' y los 'autos producidos en masa'", respondió Volkswagen en un comunicado. La compañía se queja de que algunos de los cambios promocionados por Friedrich, como la instalación de asientos delanteros ligeros similares a los que se utilizan en los autos de carreras, haría más difícil meterse al auto y, por lo tanto, lo haría menos atractivo para los consumidores.
Friedrich ha adoptado una postura controvertida en una cuestión que está cobrando cada vez más importancia en los países de todo el mundo: ¿Cuál es la mejor manera de aumentar la eficiencia de combustible de los vehículos? Para consternación de las automotrices y algunos ambientalistas, Friedrich argumenta que la industria y los gobiernos están invirtiendo demasiado tiempo y dinero en los proyectos de energía alternativa. Lo que deberían estar haciendo en su lugar, recomienda, es fabricar autos con motores de combustión interna más eficientes. "Necesitamos soluciones para los próximos 20 años, no sólo sueños", dice Friedrich.
En muchos países, las preocupaciones sobre los cambios climáticos y la seguridad energética están impulsando el debate. Siguiendo el ejemplo del protocolo de
Kioto, el tratado global que pretende controlar las emisiones, los reguladores de la UE están esbozando nuevas reglas para reducir las emisiones de CO2, el gas al que se le culpa del calentamiento global.
La cuestión sobre cómo mejorar la eficiencia del combustible es especialmente sensible en Alemania, que alberga tanto un poderoso movimiento ambientalista como una industria automotriz que produce algunos de los autos más deportivos del mundo. Uno de cada siete empleos en Alemania depende de este sector.
Algunos ejecutivos alemanes de la industria automotriz temen que las regulaciones contra el CO2 que están preparando los funcionarios de la EU puedan colocar a sus compañías en desventaja contra sus rivales franceses e italianos, cuyas líneas de productos están enfocadas en los vehículos pequeños.
Muchas de las medidas por las que aboga Friedrich no son especialmente radicales. Una de ellas consiste en diseñar autos cuyas llantas ofrezcan menos resistencia cuando ruedan. Un estudio del año pasado de la Academia Nacional de las Ciencias en EE.UU. calculó que se podrían ahorrar más de 7.500 millones de litros de gasolina y diesel al año en ese país mediante la reducción de la resistencia de los neumáticos en sólo 10%. Pero algunos temen que eso pueda debilitar su tracción, comprometiendo así la seguridad. Sin embargo, la ANC reportó que las consecuencias de esos cambios sobre la seguridad "son probablemente indetectables".
