Por FEDERICO ARINGOLI.

Desde hace algunos días en los pasillos de la actividad petrolera nacional todo se responde con monosílabos o ejemplos de lo que les está pasando a "otros". Naturalmente en una industria internacional como ésta lo que ocurre en cualquier rincón del planeta termina por repercutir, de una u otra manera, en otros espacios. Si bien nadie espera, por lo menos en el corto plazo, un cimbronazo para este sector que viene de un intenso año, por lo bajo se sabe que no será lo que se vio. Los esfuerzos están concentrados en no retroceder y, si ocurre, que se cuente en centímetros.

La primera muestra de la situación en la Cuenca Neuquina se desató con la definición de la firma china Sinopec de despedir a 120 trabajadores, al concluir con los contratos que tenían en la zona. Aseguran que sin nuevos compromisos no pueden asumir el costo salarial que ellos mismos estimaron en cinco millones de pesos. La situación se conoce a pocas semanas del acuerdo de entendimiento que la sede central de la compañía china firmó con YPF para desembarcar en Vaca Muerta.

El conflicto se tramita en la delegación regional del Ministerio de Trabajo y ahora cruza un cuarto intermedio hasta el 24 de febrero, pero nada hace suponer que se llegue a esa fecha sin novedades. El sindicato de Petroleros Jerárquicos de Río Negro, Neuquén y La Pampa es la organización que encabeza el reclamo y ya anticipó que ante "el primer telegrama de despido" lanzarán una medida de fuerza. En el diálogo intervino YPF, que fue la que había contratado los servicios de la firma china. Pero también concurrió como principal operadora de la región, algo que le imprime a sus decisiones carácter de tendencia.

Para la región este conflicto es la principal amenaza a quebrar el acuerdo de "paz social" firmado el pasado 20 de enero. Allí todos los actores acordaron poner su parte para garantizar el mínimo impacto a la actividad. Sin embargo fuentes de distintas compañías coinciden en que no todos están cumpliendo su palabra. Por acción u omisión, la frontera podría finalmente sobrepasarse y dar paso a un terreno pantanoso para empresas, sindicatos, provincias y el Estado nacional.

Esta semana además continuaron los encuentros en Buenos Aires entre referentes de los sindicatos y de las petroleras para analizar aquel plan de optimización de los recursos humanos, insinuado a mediados del mes pasado. Uno de los temas, como ya se había anticipado, es el de las faltas justificadas e injustificadas, una práctica con mayor reiteración en los sectores de base. "Cualquier empresa te lo puede decir, los porcentajes de ausentismo son altos, deben andar entre el 12 y el 15%", confió una fuente de una firma que opera en la región.

Y si bien poco se comenta, en estas reuniones también se analizan otras particularidades del trabajo de campo. Uno de los sectores sobre los que se busca ajustar detalles es el de servicios especiales. El régimen de este sector, a disposición las 24 horas del día durante los turnos, tiene una compensación salarial sobre la que se busca tomar alguna definición. Hay otros ítems que se pusieron sobre la mesa como viandas y traslados, sin embargo hasta el momento no se pasó nada en limpio.

Tanto el sindicato de Jerárquicos, que conduce Manuel Arévalo, como el Petroleros Privados, de Guillermo Pereyra, se encuentran con sus colaboradores participando de esos encuentros y analizando cada punto. Desde ambas organizaciones asumen una postura que no negociarán: los despidos. "Al primer despido que haya en la cuenca nosotros vamos a parar", dejó en claro Arévalo tras las negociaciones con Sinopec.

Sucede que el escenario internacional, que aun con mejores precios a los de fin de año, comienza a colarse y las compañías buscan evitar malgastar sus presupuestos y optimizarlos. Pocos creen que el sector pueda repetir los altos niveles de actividad y de demanda laboral que mostró el año pasado. Sin embargo creen que aún hay lugar para que trabajadores ingresen a la industria, claro está, si se revisan algunas cuestiones.

Por ejemplo, uno de los temas charlados es el de ofrecer el trámite de la jubilación a todos aquellos en condición de tomarla. También sobre esto se analizan los casos de aquellos trabajadores experimentados que fueron convocados por la falta de personal capacitado aun cuando ya se encontraban con una jubilación aprobada. Y finalmente, un tema bastante polémico para el sector, los trabajadores extranjeros. Los dos sindicatos fueron claros y señalaron que si se achican los puestos deben tener prioridad los operarios nacionales.

"Queremos saber cómo están trabajando sus presupuestos las empresas. Les planteamos que nos muestren si es verdad que tienen necesidad de ajustarlos", dijo Arévalo a "Río Negro Energía" y agregó que "son compromisos millonarios y quizá necesiten una revisión, pero no pueden ser los trabajadores los que paguemos el pato siempre".

Las operadoras ya comenzaron a revisar sus finanzas en diciembre pasado. Puntualmente le transmitieron a las contratistas que avanzarían en recortes de sus contratos. Este "tijeretazo" se movió entre un 5 y 10% dependiendo del tipo de actividad. A partir de allí, las poleas transmitieron hacia abajo los ajustes para no perder la sintonía.

En los sindicatos madura una idea que ya se la expresaron a los empresarios. "No queremos que se aproveche una situación complicada para justificar cualquier tipo de ajuste sobre los trabajadores. Esto se planteó y esperamos que esté claro para no tener que encontrarnos en nuevas situaciones conflictivas", aseguró un delegado gremial del interior.

LA QUIETUD

Pese al acuerdo para disociar el precio internacional del crudo del local y darle al "barril criollo" un valor de u$s 77 para la variedad Medanito (esta semana su equivalente en New York se mantuvo por encima de los u$s 51), el mercado continúa inestable y las compañías parecen acompañar el oleaje. La intención es cumplir con los contratos firmados, incluso la actividad mantiene su pulso en la cuenca, pero revisar o esperar para los nuevos.

La preocupación surge en los directorios de aquellas contratistas que ven transcurrir el paso del tiempo y tienen compromisos que finalizan en dos o tres meses. Las compañías que prestan servicios de perforación sintieron ese cambio de aire. Antes no tenían disponibilidad, en el país era muy difícil mover un equipo y ahora hay unidades que pueden terminar su trabajo y quedar a la espera de una nueva locación.

MONITOREO INSTITUCIONAL

Los hidrocarburos representan para el Estado provincial el corazón de su matriz económica. Puntualmente el gobernador Jorge Sapag es un celoso administrador del tema y conoce hasta los últimos detalles de esta industria. Pese a que se encuentra bastante atareado con la campaña política, acompañando a su candidato el ministro de Economía Omar Gutiérrez, sigue de cerca un tema que parece discutirse con mayor particularidad en las oficinas de la Capital Federal.

Un colaborador del mandatario provincial aseguró que por ahora monitorean la situación y agregó que por el momento la situación local no amerita actividades específicas al respecto. Tampoco consideró que exista algún tipo de intervención o utilización política para un escenario que, por las fechas electorales, parece correr en un segundo plano querer llamar mucho la atención.

Las compañías internacionales vienen maniobrando sobre sus presupuestos desde hace meses, cuando la curva de precios del barril se expresó con una marcada tendencia negativa (desde junio del año pasado perdió más del 50% de su valor). La dimensión de sus proyectos y de sus planteles para llevarlos a cabo hacen que cualquier reajuste signifique puesto de empleo.

Aunque los rumores sobre los posibles recortes de plantilla ya venían meses tocando a Halliburton, el gigante de servicios petroleros ha confirmado recientemente que planea despedir a entre 5.000 y 6.500 personas para compensar el desplome de los precios.

Esta reducción supone recortar entre el 6,5 y el 8% de la plantilla de la empresa estadounidense, que cuenta con 80.000 empleados en todo el mundo.

Con esta medida, las cuatro principales empresas de servicios petroleros, que han confirmado sus planes de reducción de plantillas en las últimas semanas, despedirían a más de 30.000 personas, el 9,4% del total de su fuerza laboral.

"Valoramos a cada uno de nuestros empleados, pero desafortunadamente nos estamos enfrentando a una realidad difícil en la que los recortes son necesarios para lidiar con el desafiante ambiente de mercado", dijo en un comunicado Emily Mir, portavoz de Halliburton.

Mir agregó que los despidos son consecuencia también de la adquisición, por 34.600 millones de dólares, de su competidor Baker Hughes, un acuerdo que se cerró en noviembre del 2014 y que se espera que se concrete en el primer semestre de este año.

En la Cuenca Neuquina, específicamente en El Trapial (Rincón de los Sauces), la firma Chevron inició el año pasado un proceso de recorte de personal. De los 800 operarios planteó la necesidad de recortar 200. Allí se ofrecieron indemnizaciones y jubilaciones, además se dejó al mínimo de lo necesario el mantenimiento de la operación. La firma asegura que es un yacimiento maduro en declive.