La decisión anunciada por Cementos Pacasmayo, de separar su negocio de fosfatos, ha sido bien recibida por el mercado. Mientras Credicorp Capital califica la decisión como una “gran medida”, Kallpa SAB e Intéligo SAB la consideran positiva para la empresa.
El proyecto Fosfatos del Pacífico será transferido a Fossal, una nueva empresa que se dedicará exclusivamente al negocio de fosfatos y que listará en la BVL. Los actuales accionistas de Cementos Pacasmayo recibirán, por cada acción que posean, 0.8 acciones de Cementos Pacasmayo y 0.2 acciones de Fossal.
Según confirmó Semana Económica, el principal motivo de las reacciones positivas que genera la decisión es que Cementos Pacasmayo ya no tendrá la carga de financiar y ejecutar un proyecto de US$831 millones. Un negocio que no sólo está fuera del ‘core business‘ de la empresa sino que, bajo la estructura actual, representaría alrededor del 80% de la capitalización de mercado de la compañía. “Asumir esta inversión habría significado un cambio radical en la estructura de capital de la empresa”, explica Jasmine Helme, analista senior de Credicorp Capital. El banco de inversión había advertido en marzo un riesgo de rebaja en la calificación de Cementos Pacasmayo por este la existencia del proyecto de fosfatos. Con la escisión, se disipan las preocupaciones del mercado respecto a cómo evolucionaría el capex de la empresa.
La escisión “permitirá observar mejores márgenes y retornos en Cementos Pacasmayo, una vez deje de consolidar a Fosfatos del Pacífico”, señaló Marco Contreras, analista senior de Kallpa SAB.
Los accionistas de Cementos Pacasmayo se podrían beneficiar porque “el flujo de caja generado por el negocio de cemento beneficiará sólo a los accionistas del negocio de cemento (en vez de ser redireccionado como capex para el negocio de fosfatos, lo que podría traducirse en mayores dividendos”, sostiene Jasime Helme, de Credicorp Capital. Scotiabank coincide en que la escisión “podría impulsar los dividendos [de la cementera] en el futuro”.
El beneficio del ‘spin-off’ no sólo se limitaría a Cementos Pacasmayo–que se libera de una carga financiera–, sino también al propio proyecto Fosfatos del Pacífico, según los analistas. Ello porque el mercado podrá valorizar el negocio de fosfatos independientemente del negocio de cementos. Actualmente, “el mercado está asignando un valor de cero al negocio de fosfatos”, considera Credicorp Capital. De hecho, ni Scotiabank ni Kallpa SAB le asignaban valor alguno al proyecto a la hora de calcular el precio objetivo de la acción.
La gran diferencia entre ambos tipos de negocios –el de cemento y el de fosfatos– dificulta una valorización adecuada. Estos negocios tienen perfiles de riesgos distintos, explica Kallpa SAB: el de cemento está apalancado a la economía peruana, mientras el de fosfatos depende de la evolución del commodity.
Así, la escisión permitirá evitar la distorsión que generaba, en la acción y en los resultados financieros de Cementos Pacasmayo, consolidar una operación totalmente distinta al negocio principal. Sobre todo tras ver afectada la rentabilidad del proyecto de fosfatos durante los últimos años, a raíz de la caída en los precios delcommodity. Hoy el precio de la roca del fosfato se ubica en US$115 por tonelada métrica (TM), una caída de 43% desde enero del 2012 (US$202.5/TM).
La separación también ayudará a concretar el financiamiento necesario para el proyecto de fosfatos. Cementos Pacasmayo posee 70% del proyecto y está buscando un socio adicional a Mitsubishi, que tiene el 30%. El spin-off “representará una oportunidad importante para que [el proyecto] encuentre un socio de operaciones con la finalidad de desarrollar el proyecto”, segúnIntéligo SAB Debido al gran costo del proyecto, Pacasmayo no empezaría a desarrollarlo hasta que esa negociación se concrete.
Asimismo, tener una empresa independiente y listada en la bolsa de valores “podría añadir mayor flexibilidad para levantar capital”, señaló Scotiabank en un reciente reporte.
Los directivos de la empresa aún consideran que Fosfatos del Pacífico será rentable en el largo plazo, dada la expectativa de una fuerte recuperación en el precio del fosfato. Por ello, no sería de esperarse una venta total del negocio en el corto plazo. “No vemos incentivos para vender [la participación en el proyecto] en el corto plazo”, señala Scotiabank. Ello porque el nivel de apalancamiento de Cementos Pacasmayo es bajo, los bonos de la empresa comenzará a vencer recién en el 2023 y su flujo de caja tiene viene aumentando tras la ampliación de su planta de cementos en Piura. “Creemos que maximizar el valor de su 70% de participación en este negocio [mediante una venta] probablemente ocurra una vez que el proyecto esté totalmente operacional”, agrega Scotiabank.
Aunque un escenario de venta no quedaría descartado del todo, considerando la caída en el precio de la roca de fosfato. La gerencia de Cementos Pacasmayo estima la tasa interna de retorno (TIR) del proyecto en 12.5%. “Es difícil que obtengan el nivel de retorno que esperan. Si los precios siguen bajos, una buena opción sería venderlo; aunque esto no figura en los planes por ahora”, comenta Helme de Credicorp Capital.
La empresa ha convocado una junta de accionistas para hoy 26 de septiembre para aprobar la escisión. La aprobación requiere de mayoría simple.