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ACTUALIDAD
Renzi perdió referendum y renuncia. El impacto en las Bolsas
05/12/2016

Matteo Renzi dimite tras su derrota en el referéndum para la reforma constitucional

MINING PRESS/El País

Matteo Renzi jugó fuerte, perdió de forma clamorosa y ni esperó al final del recuento para, como había prometido, presentar su dimisión si su proyecto de reforma constitucional no superaba la prueba del referéndum. “Asumo toda la responsabilidad de la derrota”, dijo el todavía primer ministro tras felicitar a los partidarios del no, “y cuando uno pierde no se va a dormir silbando como si nada. Aquí termina mi experiencia de Gobierno”. Los italianos acudieron en masa a las urnas a expresar su rechazo al plan de Renzi. El presidente de la República decidirá ahora quién toma las riendas del Ejecutivo.

Este lunes, tras reunirse con sus ministros, Matteo Renzi subirá al palacio del Quirinal para presentar su dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella. Una renuncia que, nada más cerrarse las urnas y conocerse la rotundidad de la derrota a través de los primeros sondeos a pie de urna, ya le habían solicitado los representantes de la oposición.

El primero fue Matteo Salvini, el líder de la Liga Norte, quien aprovechó la coyuntura para proferir vivas a Donald Trump, a Vladímir Putin y a Marine Le Pen. Más tarde fue Renato Brunetta, uno de los hombres de confianza de Silvio Berlusconi, quién advirtió: “Si los sondeos a pie de urna se confirman, Renzi tiene que dimitir. Cuándo y cómo lo tiene que decidir él, pero se tiene que ir”. El último fue Beppe Grillo, el líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), quien pidió la convocatoria de elecciones.

La oposición y los críticos del Partido Democrático (PD) del todavía primer ministro pugnarán a partir de ahora por repartirse la túnica de Renzi, quien hace solo unos meses parecía invencible, la única figura de peso en la política italiana, y que ha caído por un error de cálculo solo atribuible a su exceso de confianza. Su proyecto de dar más poder al Gobierno —a través de una reforma de la ley electoral que penalizaba a los partidos pequeños y arrebatando al Senado su poder de bloqueo— fue entendido por la oposición y buena parte de la ciudadanía como un intento de perpetuarse en el poder. Un poder al que accedió sin pasar por las urnas —tras arrebatarle el Gobierno a su compañero de filas Enrico Letta—, pero que sí perderá democráticamente.

En apenas un mes, Renzi ha pasado de ser el último presidente extranjero agasajado por Barack Obama en la Casa Blanca a ser el responsable de una maniobra que ha dividido a Italia y que la lanza a un futuro incierto.

Sobre todo porque, más allá de las reformas concretas y de una única pregunta enrevesada para modificar 47 artículos de la Constitución, lo que subyacía era un voto de confianza hacia Renzi. El joven exalcalde de Florencia había convertido la consulta en un plebiscito sobre su liderazgo. Y le salió mal. El no se adjudicó el 59,11% y el  solo un 40,89%. La participación fue masiva, con el 68,2% de los electores. Sólo dos regiones dieron su apoyo a la reforma del primer ministro: en su Toscana natal y en Trentino. En el resto del país, el rechazo se impuso inexorablemente.

Caída del euro

Los partidos italianos de la oposición, siempre a la gresca, supieron en esta ocasión unirse en un frente común —“un revoltijo” en palabras de Renzi— y arrebatar el discurso del primer ministro, acusándolo de sustentar su reforma en el apoyo y los intereses de banqueros y grandes empresarios. La estrategia dio resultados, y el no al referéndum se convirtió en un voto antisistema, de rechazo a los poderes fuertes o a la casta.

La derrota de Renzi arroja nuevas dudas sobre el proyecto europeo y así lo reflejaba la divisa común que caía más de un 1% en su cambio con el dólar tras conocer la derrota de Renzi, hasta cotizar a 1,055 unidades por billete verde.

Renzi quiso atribuirse la entera responsabilidad de la derrota. “La experiencia de mi Gobierno termina aquí”, anunció. “Yo quería reducir el número de los escaños y el sillón que ha saltado es el mío. El resultado es claro. La victoria del no ha sido extraordinaria. He perdido, y aunque en la política italiana no pierde nunca nadie, quiero repetirlo en voz alta. Yo he perdido. Soy distinto y lo digo con un nudo en la garganta. Creo en la democracia. Y cuando uno pierde no se va a dormir silbando como si nada. Aquí se acaba mi Gobierno. Me voy sin remordimientos”. Deja la incógnita de si se va para siempre o para preparar el regreso.

Para resaltar la necesidad de su reforma, que ya aprobó el Senado en octubre de 2015 y la Cámara de Diputados en abril, Renzi solía recordar que su Gobierno era el número 63 en 70 años de democracia. Italia tendrá que buscar ahora a su jefe de Gobierno número 64 en solo siete décadas, indicó El País.

Y ¿AHORA QUÉ?

La dimisión del primer ministro Matteo Renzi al ver naufragar en referéndum su reforma constitucional abre en Italia un horizonte de incertidumbre política que podría zanjarse de dos modos: o con elecciones generales o con un gobierno provisional. Renzi ha fracasado en su intento de reformar la Constitución de 1948 y, tal y como advirtió desde un principio, ha presentado su dimisión tras mil días en el Gobierno, el cuarto más largo tras los de Giulio Andreotti, Bettino Craxi y Silvio Berlusconi.

De este modo Italia, un país con 63 gobiernos en 70 años de democracia, ha vuelto a las andadas y se postula ahora como nuevo foco de inestabilidad en el seno de la Unión Europea. Ahora las distintas fuerzas políticas se debaten entre las posibles situaciones a la salida de Renzi: la conformación de un Gobierno técnico o provisional y la convocatoria de nuevas elecciones generales.

 

La conservadora Forza Italia, del magnate Berlusconi, se decanta por la conformación de un gobierno provisional que pueda sacar adelante temas tan urgentes como los Presupuestos de 2017, pendientes de aprobación definitiva por parte del Senado. Por otro lado, una gran parte del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) de Renzi considera esencial la elaboración de una nueva ley electoral antes de convocar nuevas elecciones, y para ello deberá regir el actual Parlamento.

Y es que las reglas del juego electoral suponen el principal escollo en este contexto. En mayo de 2015 se aprobó el “Italicum”, la ley electoral de Renzi en vigor desde el pasado mes de julio. El problema reside en que esta ley electoral fue planteada para aplicarse únicamente a la Cámara de los Diputados, pues el Senado, de haber sido reformado con este referéndum, estaría compuesto por un centenar de representantes locales sin pasar por las urnas.

De este modo, actualmente Italia cuenta con un sistema electoral “cojo”, con una ley únicamente para la Cámara y otra diferente para el Senado, con dos puntos declarados inconstitucionales en 2013.

Los más interesados en convocar elecciones “cuanto antes” son los seguidores del populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), convertidos en virtuales ganadores de la jornada al haber llevado adelante una extenuante campaña contra la reforma. Su líder, Beppe Grillo, ha reclamado nuevos comicios para ahuyentar la posibilidad de un Gobierno técnico y lo ha hecho en calidad de líder del partido más votado en solitario en las elecciones generales de 2013.

También ha reclamado nuevas elecciones el líder de la xenófoba Liga Norte, Matteo Salvini, un eurodiputado con la ambición de liderar una coalición derechista que le conceda posibilidades de gobernar el país, en el que permanece en campaña electoral perpetua. Lo que al parecer pocos quieren es prolongar una situación particular: Italia ha acumulado tres Gobiernos consecutivamente sin que fueran elegidos por los ciudadanos, los de Mario Monti (2011-2013), Enrico Letta (2013-2014) y el del propio Renzi. Este momento llega en las vísperas de un año, 2017, en el que Italia gozará de cierta relevancia internacional, con la presidencia del G7 y cuando deberá acoger las conmemoraciones del 60ª aniversario del fundacional Tratado de Roma de la Unión Europea.

En este escenario de aguas revueltas se prevé el avance del M5S, que ya gobierna en Roma y Turín y que se perfila como única alternativa real al actual Gobierno, debido a la ausencia de un liderazgo consolidado en la derecha tradicional. No en vano Berlusconi es partidario de agotar la legislatura, a sabiendas de que encontrar una figura que le sustituya como líder del centroderecha es aún misión prácticamente imposible. Por otro lado, la ventaja de Grillo podría sumar además nuevas turbulencias en el continente debido a su voluntad de impulsar un referéndum sobre el euro, moneda que rechaza taxativamente, informó Vanguardia.

Las bolsas europeas responden mixtas a la derrota de Renzi, con Milán en pérdidas del 1%

VANGUARDIA

Las bolsas europeas han respondido con comportamiento mixto al No en el referéndum italiano que ha provocado la renuncia de Matteo Renzi . Algunas plazas europeas se han teñido de rojo, pero lejos de marcar una catástrofe.

En el mercado nacional, el Ibex 35 ha abierto con una caída del 0,85%. El índice italiano arrancó con un desplome de hasta el 2%, pero se dejaba el 1% momentos después de la apertura. La banca, castigada, veía como Unicredit cedía un 3,4%. Monte dei Paschi, la entidad más señalada, perdía en torno al 6%.

Las principales plazas europeas abrían con alzas del 0,8% para Francfort y del 0,2% para París. Londres se anotaba una leve subida, igual que el Euro Stoxx, que ganaba el 0,30%.

El Ibex 35 iniciaba la sesión por debajo de la cota psicológica de los 8.600 puntos, con todos los valores en rojo, liderados por los bancos, y con ArcelorMittal como único valor en positivo, con un alza del 1,51%. En el lado contrario se situaban Popular (-2,5%), Sabadell (-2,1%), Santander (-2%), Caixabank (-1,9%), BBVA (-1,7%), Bankia (-1,6%).

Los analistas afirman que en las últimas jornadas las bolsas han ido anticipando la derrota de Renzi, por lo que la corrección no iba a ser fuerte este lunes. En cualquier caso, sí se esperaban caídas, pero siempre alejadas de jornadas como el día después del referéndum británico que dio alas al Brexit.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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