Un equipo de investigadores de la Canada’s University of British Columbia (UBC) creen que los metales se recuperan como el cobre y tierras raras de las luces LED puede ser más rentable y ecológicos que cavar ellos desde el suelo.
El profesor Holuszko y estudiante de doctorado Amit Kumar dijo a The Province que se han recuperado con éxito el cobre, la plata y algunas tierras raras tales como europio, cerio y lutecio de bombillas LED sin necesidad de utilizar ningún producto químico.
Gracias a la creciente popularidad de las lámparas de bajo consumo y los investigadores sostienen que habrá suficiente cantidad de ese tipo de desechos electrónicos en 2020 para hacer la extracción de metales valiosos a partir de que sea una opción económicamente sostenible, tal vez incluso más rentable que sacándolos de la tierra.
Hasta el momento, las muestras del equipo han demostrado que las lamparas pueden contener hasta un 65% de cobre recuperable - considerablemente más de mineral procesado - junto con 4,5% de zinc y 1.640 partes por millón de plata.
"Con el tiempo, también esperamos poder utilizar este flujo de trabajo para encontrar una manera de recuperar el oro en cantidades significativas," dijo el profesor Holuszko The Province .
Los proyectos similares anunciados en los últimos dos años, incluyen un nuevo método para la recuperación de oro de aparatos viejos , tales como teléfonos móviles, televisores y computadoras, desarrollado por científicos escoceses y dio a conocer el año pasado.
De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Edimburgo, que publicaron sus hallazgos en la revista Angewandte Chemie, su método de extracción no sólo no requiere el uso de productos químicos tóxicos, como el cianuro, sino que también es más eficaz que las técnicas actuales.
De acuerdo al informe de las Naciones Unidas Waste Crime, Waste risks, gaps in meeting the global waste challenge, hasta 50 millones de toneladas de residuos electrónicos - principalmente computadoras y teléfonos inteligentes - se generarán este año. Eso es un aumento del 20% desde 2015, cuando se vertieron aproximadamente 41 millones de toneladas de este tipo de aparatos, sobre todo en los países del tercer mundo que sirven como vertederos globales.
Iniciativas como las de Canadá y Escocia podría ayudar a reducir la cantidad de basura electrónica al tiempo que evita las toxinas relacionadas permee de suelo y agua.