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MINERAS
Southern Copper no sufre a Trump. Operaciones en México y Perú. La mira en Chile, Argentina y Ecuador
15/02/2017

Southern Copper: una mexicana feliz

MINING PRESS/Milenio

No todas las empresas mexicanas sufren la llegada del nuevo presidente de Estados Unidos (EU)Donald Trump. De eso pueden dar fe las compañías productoras de cobre, como Southern Copper, firma controlada por Grupo México. La minera de Germán Larrea es la tercera cuprífera más grande del mundo gracias a sus operaciones en México y Perú. De ese país sudamericano proviene alrededor de un tercio de la producción de cobre de Southern Copper.

En los últimos tres meses, el precio del cobre registró un alza cercana al 15%, impulsado por las promesas del presidente electo de EU de hacer mayores gastos de infraestructura, además de una demanda superior a la prevista de China.

Con ese salto, Southern Copper está en condiciones de acelerar la puesta en marcha de proyectos frenados en Perú. En ese país sudamericano, la filial de Grupo México opera las minas Cuajone y Toquepala, además de la fundición Ilo, pero está trabajando en cinco proyectos con una inversión total prevista de unos 2,900 millones de dólares.

Tras el triunfo de Trump, la variación de precios viene otorgando mayores incentivos a los productores de cobre frente a los de otros metales. Su alza contrasta con las caídas registradas por el oro (-4.8%) y la plata (-3.6%) desde comienzos de noviembre. Eso representa un impulso mayor para la operación peruana. “A diferencia de lo que ocurre en México, para nosotros la producción de otros metales más allá del cobre es marginal”, dice Guillermo Vidalón del Pino, superintendente de Relaciones Públicas en Southern Peru Copper Corporation, en Lima.

Además del factor precio, el peso de la operación peruana también crecerá por la próxima entrada en operación de nuevos proyectos. Tras una inversión que llegará a los 1,200 millones de dólares (mdd), en el segundo trimestre de 2018 está previsto que concluya por fin la expansión de la mina de cobre en Toquepala.

Una vez operativa, la ampliación elevará la capacidad de producción anual de esa mina en 100,000 toneladas anuales (de 135,000 a 235,000 toneladas), y también incrementará en 3,100 toneladas la producción de molibdeno, un subproducto del cobre utilizado como materia prima para la elaboración de aceros especiales y otras aleaciones.

Cuando empiece a operar Toquepala, Southern Copper completará una expansión de 70% de su producción de cobre en algo más de cuatro años. Buena parte de ese impulso se lo dio la ampliación de la mina Buenavista, en Sonora.

Tras una inversión de 3,500 mdd, esa mina incrementó su producción desde 220,000 toneladas hasta 460,000 en 2016. Esa expansión le permitió a la compañía pasar de las 617,000 toneladas registradas en 2013 a las más de 900,000  el año pasado. “Con Toquepala, la operación peruana pasará a representar 40% del total”, dice Sebastián Cruz, analista de Kallpa Securities Sociedad de Agente de Bolsa, en Lima.

No obstante, aún con ese salto, el objetivo fijado por Southern Copper de 1.5 millones de toneladas de producción para 2023 solo podrá ser alcanzado si se reactivan proyectos frenados en Perú.

El más relevante es Tía María, una iniciativa de explotación y procesamiento de mineral oxidado de cobre. Desde que Southern Copper presentó el primer estudio de impacto ambiental en 2009, se han llevado a cabo protestas por parte de organizaciones campesinas de la provincia de Islay ante el temor de que se contamine el agua utilizada para la producción agrícola. Luego de modificaciones en el proyecto y la aprobación en agosto de 2014 del segundo estudio de impacto ambiental, los trabajos de construcción en ese depósito de cobre iban a comenzar en marzo de 2015.

No obstante, la represión de las fuerzas de seguridad a las protestas, que provocó la muerte de 5 personas entre 2011 y 2015, obligó al gobierno peruano a declarar el estado de emergencia en la zona. Desde entonces, el proyecto permanece congelado. Las demoras y los cambios en Tía María incrementaron los niveles de inversión previstos: mientras en 2011 los desembolsos presupuestados por Southern Copper ascendía a 940 mdd, la cifra se eleva ahora a 1,400 mdd.

CAMBIO POLÍTICO

La llegada a la presidencia de Perú en julio del año pasado de Pedro Pablo Kuczynski, quien fue ministro de Energía y Minas a inicios de la década del 80, generó altas expectativas de cambio en el sector minero. El presidente se comprometió a eliminar las trabas burocráticas que mantienen postergados proyectos de infraestructura que están valuados en 25,000 mdd.

“Las buenas expectativas que despertó la llegada de Kuczynski van a ponerse a prueba en este primer trimestre: ha manifestado que va apoyar el desarrollo de proyectos mineros, y en el caso particular nuestro ha anunciado la visita al área de Tía María”, dice Vidalón del Pino. “Si en esta visita le va bien, podría empezar a cambiar todo el panorama minero del Perú”.

Al asumir, Kuczynski señaló que confiaba en que Tía María pueda resolverse durante su gestión, pero solucionando las exigencias de la ciudadanía sobre el riesgo de sus cultivos. “Ha habido el efecto Trump en los metales, que ha sido positivo. Los metales han subido bastante, y eso nos va a ayudar a mejorar la recaudación fiscal y al mismo tiempo nos debe ayudar, con un gran esfuerzo, a convencer a algunos de los grandes proyectos mineros de que vayan adelante”, señaló Kuczynski a la prensa local el 9 de enero pasado.

El resultado de esas negociaciones será clave para la minera mexicana Southern Copper. Tía María no solo aportaría 120,000 toneladas de cátodos de cobre al año, sino que su avance –o no- marcará también el destino de Los Chancas, un yacimiento con una producción anual estimada en 100,000 toneladas de cobre y 7,500 toneladas de molibdeno. El estudio que mostrará la factibilidad de ese proyecto, que además demandaría inversiones por 1,800 mdd, será presentado este año, pero Southern Copper ya adelantó que podría enfocarse en su cartera de inversión mexicana si no obtiene el aval para avanzar con Tía María.

Con inversiones en exploración, pero sin proyectos concretos en Argentina, Chile y Ecuador, el partido de la minera de Grupo México en Sudamérica se seguirá jugando en Perú, el tercer mayor productor de cobre, zinc y estaño del mundo. Buena parte del resultado dependerá del cumplimiento de las promesas de dos presidentes: Trump y Kuczynski.

Si Trump concreta su plan de infraestructura, el cobre se irá a al alza. Y si Kuczynski logra destrabar los proyectos mineros que fueron frenados en Perú, Southern Copper podrá acelerar sus inversiones en Tía María y Los Chancas. De esas dos condiciones dependerá, entonces, que la expansión sudamericana de Southern Copper acelere y añada en los próximos años el equivalente al 20% de la producción cuprífera actual de la compañía o, por el contrario, pise el freno.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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