Es importante que las autoridades y los sindicatos entiendan que se deben dar las condiciones para que las inversiones fluyan. Lo que sucede con Escondida va en contra de esta situación.
Según se desglosa del catastro del Consejo Minero a diciembre del año pasado había unos US$15.879 millones en ejecución, cifra que representa sólo un 2,2% más que lo reportado en el informe anterior, publicado en julio de 2016. Las cifras dan cuenta de que el 71% de la inversión -unos US$11.200 millones- corresponde a proyectos de Codelco, mientras que sólo el 29% viene de parte de la minería privada. Pero esto no siempre ha sido así, ya que antes la relación era inversa. De hecho, hace tres años el peso de la inversión privada era de 72%. Este panorama está dando cuenta de una realidad del país, con un ciclo minero que pareció haber tocado piso.
Sin embargo, aún no da señales de reactivación, pese a que el precio de la libra de cobre ha repuntado y se proyecta que puede alcanzar los US$3 la libra. El riesgo es que si los proyectos privados que se encuentran en evaluación siguen sin pasar a ejecución por un par de años, la capacidad productiva de Chile va a perder peso a nivel mundial, dado que varios de sus competidores están aumentando mucho la producción.
Es importante que en este contexto, las autoridades y los sindicatos entiendan que se deben dar todas las condiciones para que las inversiones fluyan. Lo que está sucediendo con minera Escondida va en contra de esta situación.