Jon Boon, experto canadiense en temas mineros y responsabilidad social, realizó trabajos de campo en Canadá, México, Ecuador, Perú y Argentina sobre esos temas. En Ecuador los hizo sobre los casos de Loma Larga, Curipamba y Fruta del Norte. Considera que para tener un proceso de minería responsable exitoso, la estrategia adecuada es escuchar, dialogar y atender a las comunidades.

-¿Cómo ha visto el desarrollo de la Responsabilidad Social en la minería en América Latina a partir de su estudio?

La mayoría de compañías que quisieron participar en el estudio tenían estrategias que no son malas, unas mejores que otras. Pero hubo un caso en que una empresa no me permitió hablar y solo pude hacerlo con el pueblo. Así, de los 9 casos de estudio, 8 fueron bastante buenos y 1 es considerado malo, pues en este hubo violencia. Así pude ver la diferencia de las estrategias.

-¿El Gobierno o el Estado debe ser prominería?

Debe ser propaís. Si decide, como en Ecuador, que la minería puede ser positiva para el desarrollo, debe crear el marco de referencia para que todo esto puede realizarse de manera adecuada.

-En Ecuador existe un conflicto fuerte y violento en Morona Santiago. ¿Cuál sería una salida?

Es muy difícil para mí pronunciarme porque no conozco a fondo. Pero he visto estos conflictos en Perú. Mi pensamiento es que uno tiene que acercarse a esta situación desde un punto de vista social emocional para comprenderlo.

-El Gobierno indica que los manifestantes no están dentro de la legalidad, no tienen derecho, por eso ha actuado la fuerza pública...

Desde el punto de vista legal, el Gobierno tiene razón. En tales situaciones una estrategia legal, según lo que yo he visto, al largo término no va a tener frutos. Hay que tener un poco de flexibilidad. Te pongo un ejemplo: En el río Santiago (en la Amazonía peruana), hace tres o cuatro años, se dinamitaron los equipos de minería ilegal. Tenían razón según la ley, pues estas personas no tenían que estar ahí, hacían daño.

Pero la gente que está trabajando en lo social allá explicó que la orden de dinamitar hizo más difícil todo. Generaron una polarización enorme y ya para ellos fue peligroso entrar a la zona, pese a que estaban logrando un progreso. Puedo decir que en Perú, en el caso que yo investigué, el problema fue que continuaron con una espiral negativa y todo empeoró. (I)