La primera se hizo en los últimos días de marzo. El objetivo es que todas se hagan así antes de fin de año.

Como gesto de transparencia y como recurso para confrontar en campaña con el kirchnerismo. Con esas motivaciones y por expresa orden del Presidente, el Gobierno dio el primer paso en un camino bisagra en torno al manejo de la obra pública en la Argentina: a partir de este mes, comenzó a hacer las licitaciones vía web, donde quedará registro de todos los participantes y las ofertas que realizaron.

En los últimos días de marzo se realizó la primera licitación. Fue para la provisión de cañerías para gasoductos, en la que compitieron las propuestas de M.Royo, Techint (Siat y Siderca) y Sinopec, entre otras compañías. Pero esa compulsa no fue la única: ya se realizaron otras ocho licitaciones, por más de 1.000 millones de pesos. La más reciente cerró el jueves pasado: una licitación por la compra de motocompresores para montar los gasoductos "Cordillerano", "Lechero" y "de la Costa".

¿Cómo es el mecanismo de una licitación vía web? Las compañías que desean entrar en una compulsa se deben registrar en el sitio web oficial contratar.gob.ar, donde se publican los pliegos y condiciones. Allí hacen sus ofertas, que se mantienen bajo reserva en el sistema informático hasta ser publicadas en forma simultánea. Una vez finalizado el plazo de presentación, la comisión evaluadora determina la validez de cada propuesta, hace -ó no- las impugnaciones que cree convenientes y, por último, dictamina a quién adjudica la obra. Otro punto importante: en el sistema queda constancia del motivo de esa decisión.

"Por fin ahora todos van a poder saber, de manera simple y rápida, cuánto vale una obra, cuáles son las ofertas, quién la gana", dijo a Clarín el ministro de Modernización Andrés Ibarra, que contó que "el objetivo es que a fin de año todas las licitaciones se hagan a través de la web".

Como todo lo que concierne a mejoras y la aplicación de tecnología para el funcionamiento del Estado, Ibarra está a cargo de la implementación, en forma coordinada con sus pares cuyos ministerios realizan obra pública: Rogelio Frigerio (Interior), Guillermo Dietrich (Transporte), Juan José Aranguren (Energía) y Esteban Bullrich (Educación).

Para Ibarra, la medida "es realmente revolucionaria, no sólo desde la transparencia sino también desde la agilidad para hacer realidad una obra" ya que se evitarán muchos trámites burocráticos y se reducirán los plazos desde que se aprueba un trabajo. Esto ayudará a evitar chispazos con gobernadores e intendentes que muchas veces se quejan porque las obras que se prometen tardan en activarse. 

La iniciativa, cuentan en Casa Rosada, ya era analizada en varios ministerios que tienen a su cargo obras públicas. Pero Mauricio Macri pidió acelerar los tiempos para dar una señal clara: quienes lo frecuentan dicen que una de las cosas que más lo desvela es que su Gobierno no dé margen para sospechas en torno a las contrataciones.

Eso también se esfuerza por transmitir en pública: en varios de sus discursos, el jefe de Estado aludió al tema y se jactó de que "la obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción".

La decisión de su primo Angelo Calcaterra, de vender la empresa constructora Iecsa, le allanó parte esa tarea. Pero el foco de conflicto se mantiene abierto ya que, aunque tomó cierta distancia de la "mesa chica" que toma las decisiones en el Gobierno, su mejor amigo Nicolas "Nicky" Caputo mantiene SES. Y su actividad es algo a lo que la oposición recurre cada vez que puede para golpear al Presidente.

En un escenario político polarizado, el discurso del Gobierno en campaña se centrará en los cambios en materia de transparencia que impulsó Macri desde que asumió. Y buscará confrontar con el kirchnerismo, aprovechando el turbio manejo de la obra pública que quedó definitivamente al descubierto con la detención del ex secretario José López, cuando intentaba esconder 9 millones de dólares en un convento.