El gobierno de Brasil contempla "privatizar de nuevo" al gigante minero Vale al sacar los fondos de pensiones de los estatales, dijo un alto funcionario de la administración de Jair Bolsonaro.
"Vale es una empresa estatal. Los fondos de pensiones controlados por el gobierno controlan a Vale. Estamos aquí para reprivatizar a Vale", explicó el secretario de Privatización, Salim Mattar, en un evento en Brasilia.
Las acciones de Vale, que habían perdido alrededor de 28% a raíz de la ruptura del dique el mes pasado cerca de Brumadinho, aceleraron las ganancias tras los comentarios de Mattar.
No quedaba claro de inmediato cómo el gobierno lograría que los fondos de pensiones vendieran su participación, dijo Bloomberg.
La administración del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, espera recaudar US$20.000 millones solo en 2019, a través de la venta de empresas estatales.
Las privatizaciones de los activos públicos son fundamentales para la agenda económica pro-empresarial del gobierno, que tiene como objetivo reducir la deuda, impulsar las cuentas fiscales y acelerar el crecimiento.
El accidente del dique en enero cobró la vida de más de 100 personas y sometió las operaciones de la minera a un escrutinio gubernamental más estricto.
La licencia para operar un dique diferente en una de sus minas más grandes fue revocado por un regulador estatal brasileño el 5 de febrero.
El informe, fechado el 3 de octubre de 2018, clasificó la represa en Brumadinho en el estado de Minas Gerais como dos veces más propensa a fallar que el nivel máximo de riesgo tolerado por las directrices internas.
El documento, filtrado por Reuters, no reportado anteriormente es la primera evidencia de que Vale estaba preocupada por la seguridad de la represa. Plantea preguntas sobre por qué una auditoría independiente casi al mismo tiempo garantizó la estabilidad de la presa y por qué el minero no tomó precauciones, como mover una cantina de la empresa que estaba apenas cuesta abajo de la estructura.
Vale dijo que el informe, denominado "Resultados de la gestión de riesgos geotécnicos", comprendía los puntos de vista de los ingenieros especialistas, quienes están obligados a trabajar dentro de procedimientos estrictos cuando identifican cualquier riesgo.
"No se conoce ningún informe, auditoría o estudio que mencione un riesgo inminente de colapso en la presa 1 en la mina Córrego do Feijão en Brumadinho", dijo Vale en un comunicado enviado por correo electrónico.
"Por el contrario, la represa tenía todos sus certificados de seguridad y estabilidad certificados por especialistas locales y extranjeros".
Las acciones de Vale que cotizan en Estados Unidos extendieron sus pérdidas el lunes después de la noticia de Reuters, cayendo hasta un 2,6 por ciento a $ 11.10. La compañía ha perdido una cuarta parte de su capitalización de mercado, o casi 19 mil millones de dólares, desde el colapso de la represa del 25 de enero, el accidente minero más mortal de Brasil.
El desastre en el estado de Minas Gerais, rico en minerales, fue el segundo colapso importante de una represa minera en la región en aproximadamente tres años, luego de un desastre similar en 2015 en una mina cercana de propiedad conjunta de Vale.
El informe interno de Vale de octubre colocó a la presa de Brumadinho dentro de una "zona de atención", diciendo que "todos los controles de prevención y mitigación" deben aplicarse.
Un fallo podría costarle a la compañía 1.500 millones de dólares y tenía el potencial de matar a más de cien personas, según el informe. La presa fue marcada para el desmantelamiento.
De acuerdo con el informe, otras nueve represas en Brasil, de las 57 que fueron estudiadas, también fueron ubicadas en la "zona de atención".
Un informe separado de Vale, fechado el 15 de noviembre de 2017, también visto por Reuters, establece que cualquier estructura con una probabilidad anual de fracaso por encima de 1 en 10,000 debe ser señalada a la atención del director ejecutivo y la junta directiva.
La probabilidad anual de colapso de la represa se registró como 1 en 5,000, o el doble del "nivel máximo de riesgo individual" tolerable, según el informe.
"Eso no es bueno en mi libro, especialmente si considera que se trata de estructuras a largo plazo", dijo David Chambers, geofísico del Centro para la Ciencia en la Participación Pública y especialista en presas de relaves.
El minero dijo en su declaración enviada por correo electrónico que "la creación de una alerta para la alta dirección, sugerida en noviembre de 2017, se estudió en el contexto de la integración del riesgo geotécnico y los riesgos comerciales para Vale".
Al preguntarle sobre el resultado de esa discusión, Vale dijo que tal alerta no se había implementado.
Vale dijo que las causas de la ruptura aún estaban siendo investigadas. En repetidas ocasiones ha dicho que la represa colapsada fue declarada sana por un auditor independiente en septiembre.
La auditoría realizada por TÜV SÜD con sede en Alemania, que fue vista por Reuters, dijo que la presa cumplía con los requisitos legales mínimos para la estabilidad, pero planteó una serie de inquietudes, en particular sobre los sistemas de drenaje y monitoreo de la presa.
El auditor hizo 17 recomendaciones para mejorar la seguridad de la presa.
Vale dijo que las recomendaciones eran rutinarias y que la compañía los atendía a todos.
El informe interno de octubre identificó la licuefacción estática y la erosión interna como las causas más probables de un posible fallo en la represa en Brumadinho.
Todavía no se sabe qué se produjo tras el colapso, pero un funcionario ambiental del estado dijo a Reuters este mes que todas las pruebas apuntaban a la licuefacción.
La licuefacción es un proceso por el cual un material sólido como la arena pierde fuerza y rigidez y se comporta más como un líquido. Fue la causa del colapso de la represa de 2015 cerca, que resultó en el peor desastre ambiental de Brasil.
"Solíamos decir que este tipo de incidentes mineros eran actos de Dios, pero ahora ... los consideramos fallas en ingeniería", dijo Dermot Ross-Brown, un ingeniero de la industria minera que enseña en la Escuela de Minas de Colorado.
Vale ha dicho que invertirá unos $ 400 millones a partir de 2020 para reducir su dependencia de las presas de relaves, que almacenan los residuos fangosos de la minería.
