En la industria minera, sobre todo en las minas en operaciones, casi no se habla de otra cosa. A mediados de marzo, promovida la Secretaría de Minería de la Nación, se formó la Mesa de Homologaciones, cuyo fin declarado es llegar a una sustitución de un 20% de las importaciones del sector, las cuales se cifraron en los últimos cinco años en US$ 1.400 millones.
Desde que se conformó la mesa abundaron de uno y otro lado tantos elogios como críticas. Pedidos de aclaraciones, advertencias y cruces, entre los que impulsan esta herramienta, y los que se sienten afectados por la novedad.
Mining Press dialogó con unos y otros. En esta primera nota, describen el proceso quienes se sientan a la mesa para decidir “qué pasa, qué no pasa y cómo pasa por la Aduana”, como ellos mismos subrayan. Mañana será el turno de los que tienen más de un reparo que hacerle a la normativa.
“Somos el primer sector en contar con una herramienta así, la minería otra vez es un ejemplo de cómo hacer las cosas”, dijeron a este diario Fabrizio Benedetti, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Servicios Mineros (CASEMI), y Axel Arancibia, presidente de la Comisión de Industria de la misma entidad.
La mesa es integrada por el secretario de Industria, Edgardo Bianchi y por el de pymes, Horacio Moura, Ramón Araya, de AOMA; Miguel Guerrero, de la secretaría de Minería, Damián Altgelt, de la CAEM y los mencionados dirigentes de CASEMI.
“La mesa comenzó a funcionar hace casi dos meses, en el marco de las disposiciones de la Secretaría de Comercio, que dirige Guillermo Moreno, sobre licencias no automáticas de importación, para no poner en riesgo las faenas mineras. Y nace para garantizar los intereses del sector, porque vemos caso por caso y giramos nuestro dictamen a industria, la que finalmente determina qué producto ingresa y con qué arancel”, dice Arancibia.
-¿Cómo funciona la mesa?, preguntó Mining Press.
“Si una minera quiere importar un repuesto X, inicia un expediente en Industria y esta le corre traslado a la mesa de homologación. Este “comité de expertos” aconseja qué hacer. Actuamos con la máxima celeridad, porque si esto se demora ponemos en riesgo la actividad minera. Nuestros dos ejes son la urgencia y la sustitución de importaciones. Porque las empresas tienen que homologar, pasar a productos nacionales, hasta un 20% de las importaciones”, dice Benedetti.
"En ningún momento prohibimos importaciones, porque puede haber productos observados que la empresa puede traer igual pero pagando otros aranceles, porque si hay un producto que se fabrica en Argentina pierde el beneficio de la Ley 24.196 deben pagar hasta un 25% menos de impuestos. Lo que está claro es que el privilegio es para el compre local”, agrega.
“El mecanismo está en pleno perfeccionamiento, porque al comienzo hubieron trámites que se iniciaron en Aduana, y en esos casos observamos determinados productos y le decimos a las empresas que la próxima vez no los podrá traer bajo el paraguas de la Ley de Inversiones. Lo tratamos como urgente y le pedimos a Industria que en este caso en particular pase y le avisamos a la empresa que la próxima vez tiene que sustituirlo localmente o pagar más aranceles”, precisa Arancibia.
Como en casa. Benedetti, en los pasillos de la Secretaría de Minería
Los dirigentes empresarios ponen como el mejor ejemplo de su actuación a Finning.
“Ha hecho las cosas en forma excelente. La respuesta ha sido muy buena, lo que hizo Finning fue fabuloso porque le dio relevancia a la mesa nombrando a un director nacional para Homologaciones que se encarga de buscar los productos adecuados que puedan acreditar eficiencia a la hora de sustituir importaciones. Y ya comenzó sustituyendo baterías y grupos electrónicos. Ninguna de las dos empresas nacionales homologadas en el caso de Finning son de CAEM ni de CASEMI y esto significa ampliar el espectro para la producción nacional. A una de ellas, de Santa Fe, le pedimos que cuando se vaya a atacar a la minería, como los senadores de esa provincia que votaron a favor de la ley de glaciares, que digan lo suyo”, dice Benedetti.
En contraste, los sanjuaninos de la CASEMI, citan el caso de otra empresa, un gran proveedor de la minería. “Nos dijo que no, que todo lo que trae es insustituible. Entonces les dijimos “no se hagan problemas que hablaremos con su embajada para decirle que ustedes no pueden ingresar nada al país, porque lo que se necesita es colaboración. Ahora recapacitó y va a colaborar y copiar experiencias de las que aceptaron el mecanismo, nos parece bien, porque se está educando”.
-¿Por qué CASEMI se metió en esto?
“Porque es un deber nuestro homologar y garantizar que los proveedores que puedan sustituir compras en el Exterior estén a la altura de las circunstancias. Se han acercado muchas empresas, socias y no socias”, acota Arancibia.
“CASEMI articula toda la parte oferente y CAEM las demandantes y con las estructuras de sus cámaras que están haciendo sus trabajos con socios y no socios, recibimos por mail o por reuniones. En el primer mes y medio la mesa firmó tres actas que contienen decenas de casos y nos juntamos las veces que haga falta, pero lo nuestro es un espacio virtual, vamos intercambiando sobre los expedientes iniciados en Industria. El secretario Bianchi dice que lo de la mesa le parece excelente e Industria lo replicará en todos los otros sectores, para hacer más participativo este espacio industrial”, dice entusiasmado Benedetti.
PROTECCIONISMO Y CERTIFICACIONES
“Es proteccionismo en el buen sentido de la palabra y haciendo las cosas bien tenemos que ser competitivos. El proveedor argentino deberá garantizar cantidad y calidad, por eso con la certificadora Tüv Rheinland vamos a hacer que el producto se homologue. Es una certificadora de prestigio mundial, lo que hará posible que la certificación obtenida le permita al proveedor también exportar”, dice Arancibia.
-¿Cómo cayó esta mesa en el sector?
“Al principio hubo voces discordantes, pero estas se apagaron. Se creía que iba a haber demoras burocráticas, pero en promedio la mesa no tarda más de tres días, durante los cuales CAEM o CASEMI le decimos a quien quiere importar nuestro dictamen en un diálogo fluido. Hay áreas donde no es tan sencillo, como molinos, chancadoras, perforadoras, camiones. Estamos del lado de la minería y CASEMI es minería”, dice Benedetti.
“Ahora todo va a ser más fluido, si las mineras y contratistas toman el toro por las astas y se anticipan proponiendo qué van a sustituir, no habrá problemas, ahora están todos avisados y el que no se enteró es que está distraído”, concluye.
Otro de los integrantes de la mesa multisectorial, Damián Altgelt, gerente general de la CAEM, explica que “acompañamos este proceso. Los objetivos son dos: uno de muy corto plazo, que tiene que ver con bienes retenidos en la Aduana y otro de más largo, vinculado a la sustitución de importaciones. Acompañamos activamente, el sector, si los bienes son de calidad similar va a priorizar la compra nacional”.
“Este es un proceso que tiene que cumplirse con mucho cuidado, con profesionalismo y sin apuros, porque no es simple. Hay muchos aspectos involucrados”, advierte el directivo.
“La preocupación inmediata de nuestros asociados es que no se demoren en la Aduana, porque en algunos casos está impidiendo aspectos de la producción”, acota.
“Estamos trabajando bastante bien con las actas, se elaboran bastante rápido y las giramos a los asociados, y tan pronto tenemos la devolución va a la secretaría de industria. Desconozco cómo sigue el proceso y cuanto demora hasta la resolución definitiva. Pero en CAEM el expediente no demora, cuando tenemos el OK del socio, en cinco minutos vuelve a Minería e Industria”, resume Altgelt.
