El cultivo “in vitro” de árboles y otras especies forma parte de las estrategias que se están impulsando para cumplir los compromisos ambientales asumidos por Minera Los Pelambres. La falta de agua ha obligado además a generar modelos de riego basados en conocimientos científicos.
No hay tiempo para la selección natural. En el clima árido que rodea gran parte de las operaciones de Minera Los Pelambres muy pocas semillas y plantas sobreviven hasta adultos, lo que se agudiza con la sequía vivida en la zona durante la última década. Por eso, el compromiso de reforestar 700 hectáreas de bosques con especies nativas, junto con enriquecer el fundo Monte Aranda -ubicado en el valle del Pupío- con 340 mil orquídeas y otras especies, había avanzado muy lento.
“No se trata solamente de reforestar con árboles y arbustos como guayacán, litre, quillay, maitén o peumo, sino que además tenemos la obligación de hacerlo con semillas y plantas que provengan de individuos que ya existan en la misma zona. Es decir, no podemos traer desde otros lugares de Chile”, explica Jorge Araneda, gerente de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Minera Los Pelambres.
En 2015, la Compañía apostó por el desarrollo de tecnología y la aplicación de conocimiento científico de punta. Para ello se formó un spin off entre la empresa BioTECNOS y la Universidad Católica del Maule para el desarrollo in vitro de especies vegetacionales, capaces de establecerse exitosamente en los lugares definidos en los programas de reforestación elaborados por Los Pelambres.
A partir de pruebas de germinación, calidad genotípica y características fisiológicas de las poblaciones, se selecciona el material genético colectado de la zona de influencia de la empresa, el que luego es reproducido in vitro. "Decidimos iniciar este trabajo de manera de obtener individuos que tengan mejores probabilidades de sobrevivir y desarrollarse una vez que los plantemos. Para ello, estamos seleccionando a los individuos que presentan las mejores características de establecimiento y de tasas de reproducción, lo que aumenta la probabilidad de éxito del proceso”, comenta Juan Pablo Arroyo, subgerente de Medio Ambiente de Minera Los Pelambres.
Por su parte, el jefe del proyecto, Rolando García, explica que “las plantas nativas son, por lo general, de muy difícil reproducción y propagación, especialmente en condiciones artificiales. Nuestro desafío es desarrollar tecnologías in vitro para producir plantas de manera masiva y que sean aptas para ser incluidas en planes de restauración de ecosistemas”.
Uno de los aspectos más complejos que ha debido enfrentar el equipo es que no existe mucho conocimiento científico sobre las especies contempladas en las resoluciones de calificación ambiental de Los Pelambres. Por ello, ha sido necesario abordar aspectos que van desde la selección de los tejidos adecuados para ser multiplicados in vitro, hasta la adaptación de las plantas producidas al campo donde se cultivarán.
Una dificultad adicional presenta la “orquídea terrestre”, especie que posee una relación simbiótica con un hongo específico. Es decir, necesita su presencia para germinar y establecerse, lo que no se ha podido reproducir en laboratorio.
“En el proceso de enriquecimiento y reforestación nos hemos encontrado con particularidades extremadamente desafiantes, como el caso de la orquídea, que nos han obligado a plantearnos nuevas estrategias para abordarlo. Aquí la capacidad de innovación, de auto desafiarnos, de buscar nuevas soluciones para cumplir nuestros compromisos, ha sido clave”, enfatiza Juan Pablo Arroyo.
El subgerente de Medio Ambiente de la Compañía destaca que “la innovación se entiende muchas veces como una apuesta arriesgada y, sin duda, lo es. Es mucho más fácil recurrir a lo probado, a lo conocido. Pero Los Pelambres nos ha demostrado que requiere mucho más que eso. Estamos confiados en que ésta es la mejor manera de avanzar”.
En los primeros meses de trabajo, la reforestación ha avanzado con mayores tasas de éxito, lo cual es motivo de optimismo. “Hasta ahora, este programa de trabajo nos tiene muy contentos, porque vemos que hay un camino de solución para lograr reproducir rápidamente especies nativas. Además, estoy seguro que lo que estamos aprendiendo acá, va a servir en el futuro a muchos otros”, expresa Jorge Araneda.
En todo este proceso, un tema de preocupación central es el consumo de agua. Es por ello que, desde el año 2014, Los Pelambres está desarrollando un estudio, junto a la Facultad de Ciencias Forestales y de la conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, que persigue determinar la eficiencia y el consumo de agua de especies esclerófilas e hidrófilas como litre, maitén, quillay y canelo, entre otras. Esto con la finalidad de establecer modelos de riego óptimos para cada especie y su etapa de desarrollo, buscando así reducir el uso del agua.
Para ello, Horacio Bown, líder del proyecto y director de dicha institución, comenta que “se han realizado diversos ensayos en los predios Romero y Monte Aranda en el valle del Pupío, además del fundo La Aguada, en Illapel, los que han permitido caracterizar factores como crecimiento, fenología, sobrevivencia, fisiología y fluctuaciones de agua en el suelo bajo distintas condiciones ambientales, de precipitaciones y de riego. Todo este conocimiento se
ha integrado en un modelo de balance hídrico que permite explorar el efecto de distintas frecuencias y niveles de riego, buscando el desarrollo y sobrevivencia de las reforestaciones con un mínimo consumo de agua”.
Durante la implementación de esta investigación se ha verificado que, si bien en su etapa de desarrollo inicial las plantaciones requieren de una alta cantidad de agua, existe el potencial de regular las dosis y frecuencias de riego una vez asentada la planta, reduciendo así el consumo, condición vital en una zona caracterizada por la escasez de precipitaciones.
El estudio también ha revelado cuáles son las especies vegetales más apropiadas bajo las condiciones actuales de plantación, un tema clave para Los Pelambres. “Estamos atrasados respecto a nuestros compromisos ambientales, pero estamos haciendo todo lo posible para ponernos al día. Vamos a seguir buscando innovación y otros caminos para cumplir nuestros compromisos”, concluye Araneda.
